Y no es que no quiera relatar mis pesadillas, sólo que si no lo hago quizás consiga mantenerlas en mi cabeza y ahorrarme las lágrimas. No, no quiero que me veas indefensa, por eso a veces decido callar.
No es lo que haces, es lo que sueño que haces. Y el miedo que tengo a que pueda hacerse realidad.
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