Arañar el aire con mis manos sedientas de amor. Un deseo irrefrenable que surge desde lo más bajo de mi columna vertebral hasta el principio de mi cabeza, recorriéndome la espalda en un intenso escalofrío.
El placer consigue hacerse un hueco entre mi piel que, acalorada, se estremece.
El amanecer llena el horizonte de color, pero yo no me muevo ni un sólo centímetro. Ha pasado mucho tiempo, pero lo recuerdo como si fuera ayer.
¿Quién no ha confundido realidad y ficción? ¿Quién no ha confundido sentimientos con pensamientos? La única manera de no volverse loco en este mundo tan descalabrado e irónico es estando loco desde el principio.
Con ansias de aprender, con ansias de vivir, de saber, de experimentar. Jamás perderé la confianza en mí misma, es algo que prometí hace mucho tiempo. Jamás dejaré de volar y de soñar, de dejarme llevar por el sol del verano hacia los más lejanos lugares en los que la luna se esconde entre las rocas. Sé que la mayor fuerza que tiene una persona es la de su sonrisa.
Me encantan los hoyuelos del final de la espalda. ¡No todo el mundo los tiene!
ResponderEliminarMuac.
Que lindo lo que escribis! Un beso. Segui asi :)
ResponderEliminarrecorrer cada centímetro de piel, me suena familiar ese sentimiento sisi
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