Huye. Corre por el bosque, no mires atrás. Deja que la maleza roce tu cara, tus manos, manteniendo así el contacto con la naturaleza.
No sigas el camino marcado. Piérdete y encuentra territorios ajenos al ser humano, conoce a los animales y déjalos acompañarte.
Baña tu cuerpo en mares, ríos y lagos. Abraza la tierra y sus raíces, permite que las estrellas de la noche te guíen. No pienses, sólo dedícate a sentir. Y ríe. Sabes que es lo que quieres. Sabes que es lo que necesitas.
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Puedes saberlo, pero a veces es excesivamente complicado tener valor para hacerlo...
ResponderEliminarFeliz miércoles abrasador