sábado, 24 de julio de 2010

Adrenalina.

Coge la mercancía. Arranca la moto, acelera. Acelera más. Hasta que un milímetro más girando el acelerador, rompa el motor.

Sáltate el semáforo en rojo, roza a los peatones con el retrovisor y huye de la policía. Necesito mi dosis de adrenalina. Levanta la moto, salta por los puentes. Para en un callejón donde no haya nadie, prepara la cocaína. Dentro.

Corre. Ya se escuchan las sirenas. Deja la moto, ya está escondida. Corre y llévame a la playa. Y hazme el amor como nunca antes lo has hecho. Da igual quien esté, quien nos vea, que saquen fotos si quieren. Y después, démosle el palo a algún idiota, tenemos que comprar más, no dejes que esto se pase.

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