-¿Entonces qué va a pasar? ¿Vais a estar así toda la vida?
-No lo sé. Yo tengo miedo, pero tengo las cosas muy claras: quien no arriesga, no gana. No es a mí a quien tienes que preguntar eso.
-¡Pues haz algo!
-No hay nada que yo pueda hacer. Yo sólo puedo esperar, él ya sabe lo que siento.
-Habla con él. La situación es complicada, pero podría funcionar perfectamente.
-Nunca hablamos claramente. Si bien es cierto que sería lo mejor, llegar juntos a una conclusión, pero él no va a hacerlo. Así pues dejaré pasar el tiempo hasta que él me diga algo, si es que lo hace.
-No hagas eso, le perderás.
-Estoy cansada de luchar. Además, no se puede perder algo que nunca has tenido.
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