miércoles, 17 de marzo de 2010

Extremos.

Otra tarde más, tirada en la cama escribiendo, desahogándome. Con la poesía de las letras de Extremoduro saliendo por los altavoces. Fumando sin parar con la esperanza de que la burbuja que me envuelve explote de una vez.

Llaman a la puerta, pero hoy no estoy para nadie. Podría explotar el mundo que yo, inmersa en mi cabeza, no iba a inmutarme.

Poco a poco el sol se va escondiendo, huyendo de la luna que no deja de perseguirle. Pero el humo de mi habitación me impide ver nada más lejano que la punta de mi nariz. Y sigo ajena al resto, hurgando en mi memoria, totalmente absorbida por mis sentimientos y mis pensamientos. Aunque quizás haya mas niebla en mi cabeza que en la habitación.



Tú, harta de tanta duda. Yo, de preguntarle al viento. Tú, que donde conocí a la luna. Yo, que en que coños ocupo el tiempo... En salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente y llegar a la cama y joder que guarrada sin tí.

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