Porque cuando yo me drogaba, era como si me atornillasen. Una sonrisa forzada, con dos tornillos, uno en cada comisura de los labios. Pero ser feliz es distinto. Es lo que te sale de dentro, de tu jodida alma, de tus sueños, de aquello a lo que no puedes resistirte. Es que sonreír es muy fácil, pero hacerlo de verdad es lo más difícil que puedes encontrarte. Y yo he notado como me taladraban la piel para poder incrustarme dos clavos en la cara, y no me importa, es una experiencia más, pero ahora soy libre, me siento como un pájaro al mojar sus plumas con el mar, como dos labios chocando sin rechistar.
Puedo ser quien quiera, y quiero ser yo.
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Pues eso me parece muy requetebien guapetona
ResponderEliminarbesos
Hola
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