Hueles a vida, a cariño, a abrazos, a pasión. Hueles como un día de verano, a libertad. Hueles como cuando te despiertas al lado de quien más quieres en este mundo y puedes abrazarle mientras duerme. Hueles tan bien que no puedo separarme de tu cuello cuando me abrazas, porque la sonrisa que me saca tu olor, es la más sincera que he conseguido en mucho tiempo.
Tus ojos marrones-naturaleza son tan profundos que, cuando me sumerjo en ellos, recorro mil y un mundos antes de volver a la realidad. Recorro un mundo contigo, otro sin ti, pero en ese no me quedo mucho rato. Otro en el que vuelo, recorro el océano, el tronco de los árboles, las nubes y el espacio.
Te quiero, y no voy a dejar de hacerlo. Por mucho que me lo pidas, por mucho que me supliques que te olvide. Porque ese olor, esos viajes en tus ojos, los escalofríos que me causa un abrazo tuyo, no los cambio por nada.
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Quiérele mucho, mucho, mucho. Que la vida es para eso: para sentir lo más que podamos y aprender de todo y de todos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita a mi Blog. Yo también te seguiré.
Mucha luz :)