La vida. Ese camino que seguimos desde que nacemos hasta que morimos, mientras van pasando los años. Un camino con piedras y baches a esquivar, cuestas que subir y que bajar, montañas que escalar y ríos que cruzar. Un camino en el que pasarás por distintas fases, fases de descubrimiento, de aprendizaje, de creaciones y de nostalgia.
Existen periodos de la vida en los que te sientes tan horriblemente mal que no ves el final de ellos. Sin embargo todo llega, y se terminan. Llega esa etapa de felicidad en la que te sientes realizado, en la que siempre tienes una sonrisa en la cara por mucho que quieras quitarla. Son periodos, fases y etapas cíclicas, que suceden, pero que volverán a suceder y volverás a sentirte igual, aunque por otros motivos distintos.
Es tan mágico el momento en que nace una persona... Cuando ves a un bebé, con un cuerpo tan chiquitito, sin saber lo que aún le queda por vivir, por sentir. Y sin embargo es tan triste el momento de la muerte... Con una vida se van miles de recuerdos, de momentos, de sentimientos...de vivencias e historias. Desaparecen, la tierra se los traga. Es tan difícil aceptar que con tu muerte se extinguirá todo lo que has vivido...todo aquello que recuerdas hará plop y se esfumará.
La vida es un sendero que nos pone a prueba según lo recorremos. Hay que ser fuertes para conseguir llegar al final.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario