Sorpresas. Hacer el idiota por la calle, comenzar a pegarnos. En cuanto te vea, correr hacia ti y saltar a tus brazos. Morder y besar, pero sobre todo morder. Desnudarnos enteros y hacernos cosquillas. Aguadillas en el mar. Correr a toda velocidad por las calles de la ciudad, como si una manada de leones nos persiguiese sin frenar. El amor es un juego.
Pero tienes que entender que el juego es el amor, no yo.
lunes, 13 de septiembre de 2010
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