Me lo diste todo durante dos años. Has sido quien mejor me ha tratado siempre. Tus abrazos eran lo único que me calmaba cuando lloraba, y tus besos me hacían callarme cuando no podía dejar de hablar. Estas siempre a mi lado cuando te necesito, no importa que hora sea: si te llamo porque no puedo levantar cabeza, siempre vienes a verme simplemente para mirarme a los ojos y pedirme que me tranquilice.
Nos entendemos a la perfección, una mirada basta para saber lo que pensamos en cada momento. Sabemos lo que el otro va a decir en cada momento. Juntos, nos lo pasamos como enanos. Ahora ya no estamos juntos, pero sigues siendo mi pequeño narizotas. Y como ya no te veo tanto, te echo mucho de menos. Pero sabes que estaré ahí siempre que me necesites. O cuando no me necesites. Por y para el resto de tus cumpleaños.
¡Felices 21 cosa fea!
domingo, 25 de abril de 2010
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