En cuanto me mires, me quitaré toda la ropa y me meteré en tu cama. Así, desnuda, frente a ti. Esperando a que me acompañes, porque necesito sentirte. Rozar tu piel con mis manos, con mi piel, estando a merced del calor de nuestros cuerpos. Y así, de madrugada, fundirnos en uno. Complementarnos como la tierra al mar, como la luna a las estrellas.
Y es que parece que ya siento tus manos sobre mi espalda, sobre mi cuerpo. Ya siento la habitación llena de caricias y miradas de complicidad. Y así, sentir aquello que tu sientes, ver aquello que tu ves mientras los dos, juntos, en el mismo lugar y en el mismo instante, nos amamos.
Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras.
William Shakespeare
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